martes, 12 de febrero de 2013

No te rindas



No te rindas, aun estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
 
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
 
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
 
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
 
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,
 
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola,
porque yo te quiero.

Mario Benedetti

lunes, 11 de febrero de 2013

Son besos



Son sólo besos, dicen. 
Son nuestros besos, digo. 

Besos que producen mis labios hoy para hacerlos florecer en tu piel, 
esos besos que encienden mi cuerpo hasta contagiarte a ti de mi fuego, 
simples besos que me hacen desaparecer en ti.

Son otros besos más, dicen. 
Son nuestros besos, digo. 

Son besos que utilizo como excusas para extraerte un gemido de placer junto esa mirada que me desea, 
excusas para dirigir tus uñas a mi piel, 
son excusas sencillas que utilizo para que vengas a mi en cualquier momento 
y así mi libertad disfrute de un vuelo más junto a ti. 

Son sólo besos, dicen.
Son nuestros besos, digo.

Son besos que sufren de polimorfismo, 
porque son besos dulces, 
o besos picantes, 
muchas veces besos salvajes, 
y besos juguetones,
pero siempre son besos tuyos, míos y nuestros.

Son otros besos más, dicen. 
Son nuestros besos, digo. 

Son besos que nos suben en una montaña rusa infinita, 
que mueven mi corazón a un ritmo de locura divina, 
que me hacen sentirte aquí, allá, ahora y luego.


Son otros besos más, dicen. 
Son nuestros besos, digo. 


Son sólo esos besos que tú me das y yo te regalo los que permanecen hoy en mi.


Gabyota