viernes, 28 de junio de 2013









Es nuestro deber volver a la esencia del ser. 
Estamos perdidos. Debemos re-encontrarnos.


 GM 





SI TÚ ME OLVIDAS



QUIERO que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.


Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.


Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.


Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable;
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.


Pablo Neruda

Olvidar



El olvido existe. 

A veces lo ansías con todas tus fuerzas y el se resiste a aparecer. 

Otras veces lo impones a pararse firme ante ti y lo condenas a estarse quieto hasta que se resquebraja de a poquito y sale el fuego a relucir. 

Otras muy contadas veces, muy pocas en realidad, el olvido llega y ni siquiera te das cuenta cuando lo hace. 
Estas veces son las más certeras, las verdaderas, las veces sin retorno. Cuando el olvido llega y no hay manera de recordar, no hay retroceso posible que valga.

 Ya olvidaste.

GM