El olvido existe.
A veces lo ansías con todas tus fuerzas y el se resiste a aparecer.
Otras veces lo impones a pararse firme ante ti y lo condenas a estarse quieto hasta que se resquebraja de a poquito y sale el fuego a relucir.
Otras muy contadas veces, muy pocas en realidad, el olvido llega y ni siquiera te das cuenta cuando lo hace.
Estas veces son las más certeras, las verdaderas, las veces sin retorno. Cuando el olvido llega y no hay manera de recordar, no hay retroceso posible que valga.
Ya olvidaste.
GM
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