Dar la última estocada, es tu decisión.
No es ni la decisión de ella, ni de él, ni mía.
Es sólo tu decisión si la das hoy, mañana o nunca.
Así que, sé hombre y no te lamentes luego cuando veas mi cuerpo desangrado,
mis tripas ya sin mí y mi corazón marchito.
Acepta tus movimientos y los míos y sigue caminando.
Gabriela Mayora
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