Aprendí a ser feliz,
con mi Ser y mi amor,
con mi álter ego,
con mis pasos y mis retrocesos,
con todos los colores de la caja de creyones,
con las polaridades y sus significados,
con los amores,
con las presencias y ausencias,
con mis muertes y mis vidas;
Aprendí a ser feliz,
con las canciones lanzadas al viento,
con el llanto y las risas inexorables,
con el silencioso amigo,
con el odioso reloj,
con las divinas y asombrosas casualidades,
y las más sublimes causalidades,
con mis desvaríos,
con mis excitaciones,
y mis depresiones.
Aprendí a ser feliz con mis pecados y tentaciones,
con mi hambre y mi sed,
con mis reflejos y secretos,
con mis texturas y sabores,
con mis apuestas y sus resultados,
con mi vergüenza.
con mi vergüenza.
Aprendí a ser y estar,
aprendí a aceptar y a reclamar,
aprendí a ver y a escuchar.
Aprendí que aprendo en cada respiro que doy.
Aquí estoy hoy y para allá voy.
¡Aprendí a ser feliz!
(Soy un instrumento de la naturaleza que honra la vida.)
Gabriela Mayora
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