viernes, 2 de marzo de 2012

Vals sin tiempo ni lugar


" Estando contigo sonrio muchísimo, y es que somos magos, hacemos magia día a día. 

Mis grandes y penetrantes ojos sólo quieren dedicarse a ti. En general, mis sentidos sólo tienen como destino ser para ti en ese momento.  No escucho otro sonido que no sea tu voz, no huelo otra esencia que no sea tu perfume, no observo otra superficie que no sea tu faz, el reflejo de tu alma en tu mirada, tu diáfana y divertida sonrisa, los movimientos de tu cuerpo. No quiero lamer y degustar otro bocado que no sea tu piel.

Y acá en estas montañas tan perfectas, verdes e imponentes, pobladas de naturaleza y vida, junto a ti me siento unida al Universo. Me siento tranquila, plena, y te siento feliz y dichoso por vivir. Cubiertos por el Sol, unidos por la mirada y nuestra sustancia, danzamos negantrópicamente mezclando energías... 

Ahora acá, en el medio de la tormenta, con el cielo nublado por relámpagos y manchas grises, envueltos  por la torrencial manta, siento a tu corazón latir alegre y sereno a la vez. Y me siento a mi, alegre y serena a la vez. Exhalo mi alma e inhalo tu espíritu. Estamos bien. "

Te decía eso hace un momento. Ahora abro mis ojos, extiendo mi cuerpo en busca del tuyo, y no lo encuentro. Me espabilo y me percibo con mucho frío. Sin embargo en segundos mi piel empieza a retomar su color, la sangre a circular a su velocidad habitual y mi corazón se agita latiendo un tanto ansioso. Y es que te acercas a mi hasta que mis sentidos te detectan: me besas en los labios con tanta ternura y sentimiento que comienzo a ceder con caricias de libertad y complicidad ... 

Te separas un poco de mi, entras a través de mis ojos y nos llevas al agua, para seguir danzando con la vida.


Gabriela Mayora

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