sábado, 8 de julio de 2023

Ojitos

 

Ojitos puros, diáfanos como el agua, 

inocentes, vulnerables, 

ojitos que buscan y encuentran a otro ser haciendo ¡click!;

ojitos que necesitan, piden y desean connaturalidad,

que hablan libres, que disfrutan y se sorprenden 

gratamente, 

ojitos que se asustan y lloran;

ojitos traviesos, que se esconden, que saltan por las nubes,

ojitos que se dan cuenta, curiosos,

rebeldes y respondones, que exigen, que cuestionan;

ojitos que aprenden y aprehenden, enérgicos y dormilones, 

que aman con todo y más, que agradecen, 

que lanzan y arrancan carcajadas;

ojitos expertos negociadores,

ojitos que enseñan, que iluminan senderos  

maravillosos, producen energía y desarrollan el temple, que  

estimulan el cambio y muestran el arcoíris luego de la 

tempestad;

ojitos que rebelan el corazón de los padres

y engrandecen el propio corazón;

ojitos que desarrollan las garras para defender, 

la delicadeza para tocar y el carácter para disciplinar;

ojitos que van abriéndose, desarrollándo-se, eligiendo, 

equivocándo-se, descubriendo, observándo-nos

ojitos que juzgan y señalan,

que piden y conceden perdón;

ojitos que son señales de que Dios nos ama;

Ojitos que irán convirtiéndo-se en ojos de un hombre 

mientras estaremos allí a su lado. 

[De la mano de Dios]


Gabriela Mayora

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