sábado, 7 de octubre de 2023

Reparar

En estos días me topé en una lectura con una técnica japonesa que se denomina "Kintsugi", que quiere decir “reparar con oro”. Un método de reparación que celebra la historia de cada objeto haciendo énfasis en sus fracturas en lugar de ocultarlas o disimularlas. El kintsugi da una nueva vida a la pieza transformándola en un objeto incluso más bello que el original. (Creacionpositiva.org).

El kintsugi se ha aplicado como filosofía de vida para dar una perspectiva diferente a sobrellevar las cicatrices resultantes de un evento doloroso. ¡Y me parece que es tan válido y constructivo!  Nuestra historia es única y valiosa con todo lo que está en ella, pues nos ha construido y nos ha moldeado. El kintsugi explica que lo más valioso de la pieza son las roturas, y haciendo un símil con la vida, creo que las cicatrices son señal de experiencia, evidencia de que se entregó, se confió, se soñó, se fue valiente, se tuvo coraje, se erró y se siguió, ahora con más aprendizaje y herramientas en la mochila. Esa cicatriz es la indicación de la vulnerabilidad del ser que se expone y de que reparar es un acto que exalta la humanidad.

También hablé en esto días sobre soltar. Si, hay que soltar lo que no se puede contener. Pero también está el reparar aquello que vale e importa. Así como suceden accidentes y se rompen cosas, también pasa con nosotros las personas, nos rompemos como resultado natural de vivir. Y para sellar esa ruptura, para reparar se necesita reconocimiento del daño, honestidad, voluntad, disculpas o perdón, cambiar, mejorar, dar atención, amor.. ese es el oro del kintsugi.

Reparar es un acto muy especial: es un acto de  reconocimiento del ser, de amor, de ver posibilidades, de unión, de compasión. Reparar es una oportunidad que siempre hay. Pero ojo, reparar necesita tiempo. El tiempo que sea necesario dependiendo de la gravedad del daño. Reparar es como sembrar una planta, no se puede forzar. El proceso amerita paciencia y cuidado.

A pesar de que nuestro raciocinio sea nuestra principal variable diferenciadora  con el resto de las especies vivas del planeta y la que nos ha permitido sobrevivir tanto tiempo, somos la especie que más se equivoca. Es normal.

Repara lo que de corazón quieres reparar, y lo que no quieras reparar, suéltalo. Así como lo más bonito surge sin pretender, lo más bonito es sin esfuerzo. Todo lo verdadero es natural.

Hay una parte en el proceso de la reparación que es muy íntimo, se recorre en solitario, te pueden acompañar pero sólo tú debes encontrar la forma de obtener el premio gordo de una cicatriz y seguir adelante consciente.

Si el daño ocupa a más personas, ellas deben querer reparar. No puedes reparar sólo. También hay que aceptar si las otras personas no quieren reparar. Y es por eso que hay que ser cuidadosos para evitar dañar, pues se desconoce si después se puede reparar juntos. Hay veces que se lanzan balas y ya nada se puede hacer.

Reparar no es tan sencillo, pero es una habilidad que se debe desarrollar, nos permitirá valorar , preservar, y ser.

Procesar y analizar, aceptar los resultados para fluir,  reparar y ser.


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